Un recurso en la fotografía de calle son los carteles. Los carteles transforman un rincón cualquiera en una escena cargada de significado. En la interacción entre personas y carteles —miradas cruzadas, ignoradas, desafiadas— la cámara encuentra momentos de tensión, humor, crítica o pura poesía visual. Para el fotógrafo callejero, los carteles son señales, pistas narrativas que enriquecen la imagen. No solo documentan el entorno, sino que capturan el pulso cultural, político y emocional del lugar.




















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