Este fin de semana estuve en una ciudad —da igual cuál— a la que solía escaparme para respirar un poco. Ahora es un parque temático con wifi y brunch.
Todo está pensado para el turista: tiendas con “artesanía” made in China, menús con banderitas y calles tan limpias que parecen sospechosas.
Lo auténtico ahora se vende por horas y con entrada anticipada.





















Deja una respuesta