Coincidí con Jota hace 3 años, en un pueblo perdido del interior de Portugal, en medio de un grupo de trabajo de fotografía analógica. Los siguientes días, mientras fotografiábamos la mina, pude ver a Jota en varias ocasiones, cargando con su cámara de placas, con su sonrisa puesta a pesar de los 40 grados que caían a plomo. Jota no tiene prisa, cuando va a hacer una foto, se toma su tiempo, lo vive, lo estudia, se emociona, se busca a sí mismo y…a lo mejor, dispara. Por eso ha vuelto al analógico, y con mayor intensidad. Hasta el punto de crear un festival de fotografía analógica en su pueblo: Villanueva de la Serena, que ya va por la séptima edición. Y allí en Villanueva, fue donde pude disfrutar de su trabajo, Atenea, que me cautivó. Un trabajo donde refleja sus dudas, y contradicciones, pero al final dotado de una gran belleza y sensibilidad. Podéis verlo al final de la entrevista.

¿Tus primeros recuerdos fotográficos fueron?

Tengo un recuerdo muy claro de mi primer encuentro con una cámara fotográfica. Fue con Don Angel mi maestro de 4º de EGB y gran aficionado a la fotografía que me dejó mirar por el visor de su reflex Nikon y mi sorpresa fue mayúscula cuando al mirar veía todo en color, cuando pensaba que el mundo fotográfico era en byn. De aquella época recuerdo en casa una kodak Instamatic que se usaba solo en celebraciones o salidas de viaje y que intentaba que me dejaran usarla, no siempre con éxito. No fue hasta mediados de los años 80 cuando pude comprarme en Canarias mi primera reflex que aún guardo, una Olympus OM40; con ella disfruté realizando sobre todo trabajos de documentación y archivo de mi trabajo profesional como aparejador del que conservo una gran cantidad de diapositivas. Pero considero que no me he sentido fotógrafo hasta hace poco más de 12 años cuando con talleres impartidos por Yorgos Karailias descubrí a grandes autores que me ayudaron a reflexionar sobre el proceso fotográfico.

¿Qué significa para tí hoy la fotografía?
Es la forma con la que he aprendido a desarrollar mi creatividad. En los últimos años he descubierto que mis fotografías suelen tener algo en común: me ayudan a conocerme. Con ella defino mi pensamiento sobre lo que me rodea, reflexionando sobre mis dudas y reforzando mis convicciones.
¿Qué tipo de fotos haces?
Me gusta encontrar la belleza en lo cotidiano, ya sea en la calle, en la naturaleza o en las
personas, y siempre bajo el paraguas común de la búsqueda de la identidad. Así mi primer proyecto, “CT0314 Conquistadores” surgió de la observación de un proceso de realojo de unas familias de viviendas sociales en mi ciudad, donde con mi cámara me sentí arqueólogo buscando indicios entre los escombros de la arquitectura demolida para encontrar a las familias que las habitaron.
También en el proyecto “Querqus Ilex” intenté poner en valor el patrimonio natural de mi
ciudad fotografiando durante dos años una encina que existe dentro del casco urbano y que
considero que no se le ha reconocido su importancia.
En “Pancolonos” presenté la labor de los colonos fundadores de los pueblos de colonización de
las Vegas Altas del Guadiana, realizando un análisis tipológico pseudocientifico de sus rostros y
de sus manos.
Paralelamente tengo proyectos “in process” que no sé cuando terminarán, quizá sean
proyectos vitales, como el que realizo en la serie “Errando” donde disfruto de la soledad de
mis paseos sin un rumbo definido y con todos los sentidos puestos en buscar breves
encuentros con mi subconsciente. Además “errando” afirmo que la fotografía no son certezas
sino “errores” que con la reiteración me hacen profundizar en mis dudas.
Tus referentes son:

Tengo pasión por coleccionar libros de autores fotográficos que me gustan, a mis hijos e hijas les digo que será mi legado y que espero no los vendan al peso jejejej. Hace tiempo que intento mejorar mi cultura visual descubriendo el trabajo de multitud de autores clásicos y actuales. Quizás, por mi serie “Errando”, siento predilección por los autores del movimiento conocido como la New Tophographics con maestros como Lewis Baltz, los Bechers, Nicholas Nixon, Stephen Shore o el español, Carlos Cánovas. Posiblemente mi mirada esté también influenciada por las armonías de Tomás Luis de Victoria, compositor del renacimiento, y mi segunda pasión, la música antigua. Pero si de referentes hablamos, tengo que mencionar al fotógrafo que más me ha aportado, contagiándome su pasión y respeto por la fotografía, Julián Ochoa y además soy afortunado de ser su amigo.

¿Cuál es tu objetivo?
Me gusta hacer fotografías y últimamente he descubierto que con la fotografía analógica disfruto del proceso como un lento encuentro con el mundo que me rodea, con la previsualización como epifanía en busca de ese “punctun” que alerte mi subconsciente, y con ello, apropiarme de momentos desapercibidos.
Atenea CXVII.
Dominar para preservar la belleza.
Este proyecto es el resultado de mi encuentro con el mundo de la doma clásica, a través del seguimiento de las clases de equitación que mi hija ha recibido durante los últimos años montando a la misma yegua: Atenea.
En esta observación, he fotografiado el conflicto que me produce el adiestramiento y la doma del animal; la tristeza de la reclusión en las cuadras y su sumisión ante la dominancia del hombre. Por contra he sido testigo de cómo esa domesticación creaba lazos de conexión entre ellas con manifestaciones perfectas que iluminan todas las sombras iniciales. Toda una gran contradicción, dominar para preservar la belleza.




















Bío
J. J. Guisado Rodrigo (1963)
FOTÓGRAFO
Hace unos años cuando redactaba mi currículum fotográfico, empezaba indicando mi profesión universitaria para luego definirme como autodidacta y apasionado en el mundo de la fotografía, añadiendo multitud de talleres a los que asistí, así como algún premio y exposiciones realizadas, además a mi familia le gustaban mucho mis fotos.
Hoy, aunque en casa ya no gustan tanto mis fotos, tengo voluntad de ser fotógrafo para descubrirme a mi mismo, y me gusta utilizar la cámara para definir mi pensamiento sobre lo me rodea.
Me gusta la fotografía analógica para realizar algunos trabajos por su lentitud y reposo de las imágenes latentes y como en Extremadura estaba un poco aislado de los tradicionales centros culturales, hace ocho años decidí que lo mejor que podía hacer era traer la cultura fotográfica a mi ciudad organizando el Festival de fotografía analógica Ricardo Martín.
